Retazos de historia: Indigo eyes

He vuelto a este recuerdo cientos de veces. Y sin embargo, aún a día de hoy continúo visitándolo por tres simples razones: la primera, la razón obvia, fue la primera vez que contaba las cosas tal y como las sentía; la razón extraña, aquel mundo colorido e inconvencional tenía su encanto; Y la que fue insospechada, pues ni siquiera intuía la importancia que ese vago recuerdo tendría sobre todo mi mundo.

…

Aquel día hizo un año desde que Ryan decidió brindarme su casa, su espacio y su vida.

La situación entre ambos había cambiado tanto en aquel año y de una forma tan obvia que hubiese sido un insulto a mi perspicacia no haberme percatado de lo que estaba sucediendo.

Llevaba días con una imagen en la cabeza. Ryan decidió cambiar la rutina y estuvimos en varios locales noches antes. Y fue en el cuarto de seis en donde encontré aquella mirada. Sus ojos se quedaron tatuados en mi retina. Era lo único que mi cabeza salvaba entre los lapsus provocados por la irresponsable ingesta de alcohol.

Y sería aquella imagen la que comenzaría a envenenarme gradualmente pues, como creo recordar, mi perspicacia pareció tomarse unas vacaciones respecto a ese recuerdo.

 Warmoestraat, barrio de Roze Buurt - Ámsterdam

7:36 p.m

- ¿Entonces tiene pensado quedarse? Joder, no me digas que tendremos que hacer de niñeras…

 -

 - Sí, se quedará una temporada. Le han cogido como fotógrafo para un catálogo de ropa infantil.

- Pues vaya con la barbie china…

- No le llames así… No tienes de qué preocuparte.

 - ¿Preocuparme por ese rollito de privamera? 

- ¿Te sientes intimidado, Mercutio?

- En absoluto, pero sí me molesta que duermas en su apartamento. Sabes perfectamente que no tengo dinero para comprar la cena solo.

 - Ese no es mi problema. Deberías aceptar las clases que te ofrecieron en aquel colegio. Aún estás a tiempo…

- ¿Y pasar las tardes rodeado de niños que se meten las ceras por la nariz? Prefiero vivir en concordancia con mi deshonrosa reputación…

- ¿ Y tienes pensado pasar muchas más noches sin comer?

- ¿Y tú qué quieres Hanhn? ¿Ganarte la vida o vivirla?

...

- Ayer hizo un año…

 - ah, ¿sí?

...

...

- Está bien, ¿quieres hablar?

- Si el tema no son los estupefacientes le echas poco interés, ¿eh?

 - Sabes que este no me entusiasma especialmente… Pero si te quita esa cara tan larga, adelante.

- Es predecible, la echo de menos…

- Lógico, está muerta.

*suspiro* Quiero decir que… estuvisteis muchos años juntos pero luego una larga temporada separados y aunque antes te sintieses independiente de ella es normal que ahora tengas esos sentimientos porque a día de hoy no tenéis ninguna posibilidad…

- ¿Puedo hablarte de ella..?

- Creo que estoy al tanto de todo pero… 

…adelante.

- Ella era perfecta… Y si me pidieses una descripción, te diría que ella era como la madre de Oscar Wilde. Anne Marie era amante de los libros y de la belleza, acogía en su casa a artistas, escritores, músicos y a todo aquel que tuviera algo interesante que decir…

- Ella era perfecta…

- Entiendo… Pero ya va siendo hora que pases de página Hanhn. No puedes estar mínimo una semana al año deprimido por algo así.

- Dices eso porque no has conocido a alguien totalmente afín a ti…

- Estás tú.

-  No. Yo soy compatible con muchas personas. No es suficiente…

- Ya comprenderás qué intento decir…

- Joder… no creas que es más fácil resolver los problemas ajenos a los propios.

- Ahora sí me parece bien que el chino ese haya venido a Ámsterdam. Mis dotes para consolar son limitadas.

- No esperaba más ni menos de ti.

- Lo sé…

- Ambos lo sabemos. Está bien así, Ryan...

...

- Aún así, deja que te consuele de la forma que mejor se me da…

...

Ese era Ryan, el continuo inconformista. En varias ocasiones llegué a plantearme preocupado si esa afición por recoger cualquier cosa llamativa de la basura se debía a algún trastorno de síndrome de diógenes. Y en otras muchas, llegué a confirmarlo.

Kyung era incapaz de soportarle.  Desde su ropa continuamente manchada por barro, yeso, óleo y tintas hasta ese fuerte olor a comino que desprendía, pasando por su afición a los estupefacientes y sus extrañas interactuaciones sociales.

El pequeño coreano definió a Ryan como el hombre indeseable pues para él , y cuya opinión sería compartida por muchas otras personas, no era agradable en ninguno de sus aspectos.

Y al igual que ocurrió con Kyung yo temía que aquella extraña criatura de pelo enredado y mirada estrábica estuviese enamorándose de mí.

...

"Aquellos ojos de color índigo parecían continuar fijos en mi cerebro."

" Incluso en aquella situación estaban presentes." 

"La mirada de tan bella criatura carecía de virtud..."

"Y serían esos mismos ojos los que harían desaparecer de mí toda tristeza."

Un par de semanas más tarde Hanhn y Ryan recibirían una notificación del casero. Debían abandonar el apartamento al cabo de unos meses pues se habían iniciado varios trámites para vender el inmueble.

Dos meses más tarde una oferta extraña e inusual impulsaría a Hanhn a separarse del hombre desagradable definitivamente y , aunque en esa situación su perspicacia tampoco se lo advertiría, se hallaría un paso más cerca del joven de ojos indigo.